martes, 2 de noviembre de 2010

Estación Mal Tiempo


Perdí el último tren hacia el reencuentro.
A la vera del andén escucho caer mi enojo
contra las chapas del techo.
Agua que apila mi frustración en canaletas,
que moja las navajas de los rieles que siguen afilándose
con cada relámpago.
Agua que cae,
que blasfema,
que pica los durmientes.
El techo,
en esta mínima visera escandalosa
debajo de la cual y sin saberlo yo
sigo alimentando a la tormenta.
Como un viejo que da de comer a las palomas,
esas migas,
pedacitos de sí mismo.

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