sábado, 16 de octubre de 2010

Ángel de la guarda, dulce compañía, no la desampares ni de noche ni de día

Estamos atrapados dentro de esta nube
jardines de agua rodean la casa.
Ayer dimos con el médico
en su balsa y sin la autoridad que le prestaba el uniforme
nos aseguró jocoso que ella sanaría
y nos fuimos
contentos como pascuas,
pero no ha dejado de toser
ya van dos días
y la fiebre apenas ceja.
Su carita de ángel está entre pálida y gris
como este tiempo
que no llueve pero amenaza.
Y nosotros con los rostros arrugados
que nos prometemos ir de nuevo mañana
a su doctor de cabecera o a cualquier otro.
La cebolla partida flota en la habitación
rompe su ácido oleaje
contra nuestras narinas
como las aguas sobre las paredes perimetrales de la casa.
No llueve pero la amenaza del agua
no ceja
y todo está gris
tiritante
como nuestra chiquita
envuelta entre las sábanas.

2 comentarios:

Mariano dijo...

muy interesante marcos, de verdad que me gusto mucho, el agua en medio de toda la situacion con tu niña enferma mete como un extrañamiento muy piola, un abrazo!

Marcos A. Rodriguez Alemany dijo...

Me alegro que te haya gustado Marian (que bueno que vuelvas a llamarte con tu nombre!) Siento un poco de culpa por haber utilizado este tema que involucra a mi familia y a la horrible situación de Anita estando enferma, pero por otro lado me doy cuenta que tenía que escribirlo porque me impresionó tanto y no se puede, no se debe, renunciar ni censurar los sentimientos, el arte intorvertido no puede ser más que una patraña, no te parece?