martes, 7 de septiembre de 2010

Mientras morías



La última, la verdadera muerte
no llega cuando el cuerpo sin aliento
es acuñado dentro de esa caja de pino.
Esa situación es solo un escenario.

La última, la verdadera muerte
es mucho más lenta
y no está en el cadáver
ni en la tumba
ni siquiera dentro del cementerio.

La Muerte viene con nosotros
la Muerte es cosa de los vivos,
de los que seguimos viviendo
para recordar a los idos.

Allá, lejos, inalcanzable como el horizonte
la muerte,
la más irrevocable de las muertes
se llama olvido…
y nunca llega.

Un día
puede ser hoy
tal vez mañana
quién sabe
pasaremos la posta a aquellos
que se junten
en derredor de nuestra pira.

Entonces sí
Dios lo permita
habremos muerto.

Mala cosa ser instrumentos
de la agonía de nuestros afectos
Pequeñas muertes
muriéndolos a ellos
justamente a ellos
nuestros amores.

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