Se me cayó una palabra
como un plato de comida
y en el piso se mezclaron
tu boca, el vidrio y la mía.
Se me cayó una palabra,
una palabra indebida,
entre las luces que gimen
yacen tu sombra y la mía.
Se me cayó una palabra
como una suerte homicida
que no le vasta matarme
busca tu cuerpo suicida.
De quien sabe que rincones
se me cayó esta palabra
a la noche a mar abierto
de tus ojos sin salida.
1 comentario:
Bien ahí, qué cadencia tiene este poema de palabra caída!
Un saludo poeta clubero!
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